Dentro de nosotros encontramos tres tipos de pensamientos: uno que viene de mí, porque lo puedo provocar y lo controlo, y otros dos pensamientos que vienen de fuera, porque aparecen y no los puedo controlar: uno, que es del buen espíritu y otro que es del mal espíritu. Y hay un arte para distinguir uno de otro, y para saber cómo guiarnos en cada momento. ¿Sabes cuáles son las señales del buen espíritu y del mal espíritu que nos enseñó san Ignacio?

Cuando entramos en nuestro mundo interior e intentamos escuchar la “voz” de Dios, aparecen dudas, inseguridades, engaños, que nos pueden dificultar el discernimiento de espíritus. ¿Me está moviendo ahora el Espíritu de Dios o no?

Estas reglas ayudan mucho para comprender lo que sucede en nuestro interior, desenmascarar los engaños del enemigo y saber responder a cada afecto, pensamiento o inspiración que llega a nuestra alma.

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