Mártires: Buenaventura García Paredes
Ex maestro general de la orden. Nació y fue bautizado el 19 de abril de 1866 en Castañedo de Valdés, Luarca (Asturias); tuvo un hermano sacerdote, en la niñez pastoreó las ovejas de su padre, realizó estudios primarios en el pueblo natal y en una preceptoría aconsejado por el dominico Esteban Sacrest.
Ingresó después en la escuela apostólica o seminario menor de Corias (Asturias), donde cursó dos años; problemas de salud lo restituyeron al hogar paterno; una vez restablecido se dirigió a la escuela apostólica de Ocaña (Toledo); profesó el 31 de agosto de 1884; cumplido el tercer año de teología lo enviaron a la universidad de Salamanca para cursar derecho civil, que luego continuó, junto con filosofía y letras, en Valencia y Madrid; ordenado sacerdote en Ávila el 25 de julio de 1891; profesor de derecho político y administrativo en la universidad de Santo Tomás de Manila, director del diario católico Libertas, defendió la causa de Bernardino Nozaleda, O.P., arzobispo de Manila.
Prior de Santo Tomás de Ávila (1901), rector del colegio de Santa María de Nieva (Segovia), prior de Ocaña (1910); en este mismo año elegido prior provincial con residencia en Manila; durante siete años desarrolló una fecunda actividad al servicio de la provincia más numerosa y extensa de la orden; cedió campos misionales en China y Vietnam a otras provincias, y la casa de Valencia a la restaurada provincia de Aragón; fundó la revista «Misiones Dominicanas», y adquirió terrenos para edificar la nueva universidad de Santo Tomás de Manila; fundó la escuela apostólica de La Mejorada, cerca de Olmedo (Valladolid), extendió la presencia de la provincia hacia los Estados Unidos (Tangipahoa, y centro de estudios de Rosaryville, Nueva Orleáns, Luisiana, inaugurado en 1911).
En 1917 se encargó de la construcción y lo hicieron superior de la casa del Rosario de Madrid (c/ Conde de Peñalver) y, durante nueve años, se entregó al apostolado y dirección de almas. En 1926 fue elegido maestro general de la orden, postrado en tierra suplicó a los capitulares que lo eximiesen del oficio pero, viendo la insistencia de los electores, aceptó al fin. Duró su mandato dos años y medio, visitó diversas provincias, adquirió para el «Angelicum» de Roma los locales en que está situada en la actualidad la universidad de Santo Tomás, escribió circulares y cumplió fielmente con las obligaciones de su cargo; en 1929, a raíz de algunos problemas y debilitado en su salud, presentó la dimisión.
Retirado a Ocaña, se hallaba en Madrid a mediados de julio de 1936; tuvo que buscar refugio en varios lugares donde dio muestras de gran espíritu religioso y devoción a la eucaristía; se mostraba convencido de que sólo confiando en la misericordia de Dios cabía concebir alguna esperanza en aquella situación caótica; detenido el 11 de agosto lo llevaron a la checa «García de Paredes»; de allí lo condujeron a Fuencarral (Madrid), donde lo martirizaron el 12 de agosto, en el paraje denominado «Valdesenderín del Encinar»; junto a su cadáver hallaron el rosario y el breviario.
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