Blog

Duro artículo en el «New York Times» contra la «afirmación de género» de los menores con disforia

Duro artículo en el «New York Times» contra la «afirmación de género» de los menores con disforia

Que The New York Times publique un extenso reportaje de una de sus columnistas de referencia visibilizando un problema que los medios sistémicos han silenciado durante años es toda una señal.

El 2 de febrero, Pamela Paul recogió en el diario neoyorquino algunas historias dramáticas bajo un título definitorio: De niños, creían que eran trans. Ya no lo creen. Esos testimonios, junto con las opiniones de expertos incorporadas al artículo, muestran que el “enfoque Tavistock” es un grave error.

La presión de la ‘afirmación de género’

Tavistock es la célebre clínica londinense especializada en disforia de género infantil, cerrada por el gobierno tras una investigación que mostró una auténtica ‘galería de los horrores’ de niños enviados a tratamiento hormonal e incluso mutilación genital prácticamente a la primera consulta con el especialista. Un criterio impuesto agresivamente por el establishment político, cultural y mediático, hasta el punto de que, como señala Pamela Paul, “los profesionales de la salud y científicos que piensan que no deberían respaldar automáticamente el autodiagnóstico de un joven suelen tener miedo a hablar“.

Un informe del Servicio Nacional de Salud británico (NHS, por sus siglas en inglés), reconocía que los médicos de atención primaria y los especialistas “se sienten presionados a asumir un enfoque de respaldo incondicional” -es decir, de reafirmación al menor de edad que manifiesta su convicción de pertenecer al sexo opuesto-, algo que “contradice el proceso normal de valoración y diagnóstico que se les ha enseñado a aplicar en todos los demás ámbitos clínicos”.

Este condicionamiento del abordaje científico y terapéutico abarca todos los ámbitos. Stephanie Winn,  licenciada en terapia matrimonial y familiar y especialista en ‘afirmación de género’, que se guiaba por los principios de Tavistock, empezó a dudar de ellos en 2020 cuando descubrió la realidad de las personas que ‘detransicionaban’. En 2021 lo dijo públicamente, pidiendo tan solo mayor prudencia con los menores, y empezó a sufrir una campaña de acusaciones de transfobia. Fue expedientada en 2022 por su colegio profesional, y aunque finalmente resultó exonerada, dejó de tratar a menores y ahora hace asesoramiento on line a padres de niños con disforia de género.

Como explica Paul, los pediatras, psicólogos y psiquiatras que disienten de esta imposición ideológica “porque creen que no reposa sobre ninguna prueba fiable” se sienten “frustrados” porque las organizaciones profesionales (la American Psychological Association, la American Psychiatric Association y la American Academy of Pediatrics), sobre las que los lobbies tienen un gran poder, respaldan abrumadoramente el modelo de ‘afirmación de género’.

Los padres, asediados por YouTube, TikTok… y la escuela

Ese clima de miedo no afecta solo a los profesionales, también a los padres. Ninguno de los que hablaron con la autora del reportaje de The New York Times quiso salir identificado, pensando también en no perjudicar a sus hijos o en distanciarse de ellos. Porque “todos dijeron que se habían sentido empujados por los especialistas de género, los médicos, la escuela y la presión social a aceptar la identidad de género declara por sus hijos, aunque ellos tuviesen serias dudas. Temían que su familia quedaría rota si no apoyaban sin miramientos la transición social y el tratamiento médico. Algunos de los que cuestionaron el auto-diagnóstico de sus hijos han visto arruinada su relación con ellos”.

Estos padres confiesan a Pamela que sus hijos “fueron introducidos en el ámbito transgénero por influencers en YouTube o TikTok” o en la escuela primaria, “mediante programas adaptados a los niños facilitados por organizaciones por los derechos trans”.(…)

Para leer el artículo completo pulse: AQUÍ

ReligionenLibertad