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Nuevo Santuario portugués de Fátima, otro corazón mariano de la Cristiandad

nuevo-santuario-en-fatima.jpgLa Iglesia de la Santísima Trinidad abrió ayer oficialmente sus puertas en la Cova da Iria. El Papa Benedicto XVI podria visitar el recinto en el 2008

Es casi imposible describir con palabras la sensación que produce ver a miles de peregrinos esperando, pacientemente, y bajo un sol fuertísimo (pasaba de las cuatro de la tarde), la imagen de la Virgen de Fátima saliendo de la Capilla de las Adoraciones e yendo en dirección a la Iglesia de la Santísima Trinidad. Sólo se explica por la fe.

Mucha gente tuvo que quedarse fuera del nuevo templo, teniendo que acompañar la ceremonia a través de pantallas gigantes instaladas en el exterior del recinto.

El templo fue inaugurado ayer, durante la Peregrinación Internacional de octubre, por el cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado del Vaticano y Legado Pontificio para esta celebración, quien desveló que el Papa Benedicto XVI podría visitar el Santuario de Fátima el próximo año. Entre las muchas autoridades que estuvieron presentes, destacaba la del Presidente de la República, Cavaco Silva, y la del Ministro de la Presidencia, Pedro Silva Pereira, en representación del Primer-Ministro portugués, José Sócrates.

La celebración

Pasaba de las tres de la tarde cuando la puerta de San Felipe se abrió, tal cual las otras cinco dirigidas a los peregrinos. Mientras que la sexta, la de San Simón, fue destinada a los enfermos, muchos incluso en camillas, que también quisieron estar presentes en la ceremonia. Las demás puertas fueron reservadas a los invitados.

El cardenal Tarcisio Bertone inició su intervención transmitiendo a todos los presentes la bendición del Papa Benedicto XVI. Por otra parte, quiso demostrar también su agradecimiento a los proyectistas, artistas y empresas que hicieron posible la construcción de la Iglesia de la Santísima Trinidad. “Se puede decir que la Santísima Trindad espera en Fátima por este tributo de gratitud y alabanza por su constante intervención salvadora de la Historia”.

Durante la homilía, el cardenal Bertone recordó especialmente a la vidente Lucía, específicamente uno de los episodios que le ocurrió cuando ella se encontraba en la Capilla de Tui, el 31 de octubre de 1940. En esa fecha, añadió, “ella comprendió que se le estaba desvelando el misterio de la Santísima Trinidad”.

Entre tanto, uno de los momentos de mayor simbolismo de la ceremonia, que se alargó hasta casi cuatro horas, fue la entrega de la llave de la nueva iglesia al representante del Vaticano, por el arquitecto Corsepius, director del Servicio de Ambiente y Construcciones (SEAC). A continuación vendría la presentación de la piedra del túmulo de San Pedro, ofrecida en el año 2004, por el todavía Pontífice Juan Pablo II, y que formará parte de la nueva iglesia.

El Presidente de la República, Cavaco Silva, enalteció la belleza del edificio considerando que “sus líneas sublimes, serenas y tranquilas” son una “clara invitación a la reflexión”. Una obra “muy importante” en la medida que tornará “más acogedoras” las visitas para los cerca de cinco millones de peregrinos que acuden al santuario.

El rector del Santuario de Fátima presentó el nuevo templo diciendo que espera que “siempre estará al servicio de los peregrinos que no dejan de acudir”. Luciano Guerra explicó que tal como la Cova da Iria, “que nuestra Señora eligió como su casa, este espacio, en forma de concha, nos hace recordar el seno materno, imagen perfecta del acogimiento al que deseamos obtener”.

El nuevo templo

La Iglesia de la Santísima Trinidad es la cuarta mayor del mundo -las otras son la Basílica de Yamoussoukro (Costa do Marfim), San Pedro (Italia) y la Iglesia de Nuestra Señora de Aparecida (Brasil). Se trata de un inmenso templo con una nave central con capacidad para 9.000 asientos (y un máximo de 12.000 personas), tres capillas para 300 asistentes y 44 confesionarios.

El proyecto fue diseñado por el arquitecto griego Alexandre Tombazis y combina luz y tecnología, respetando, además, la atmósfera de espiritualidad de Fátima. La primera piedra fue ofrecida por el anterior Papa Juan Pablo II, en marzo de 2004. Tres meses después arrancaba una construcción que ha costado 60 millones de euros, pagados íntegramente con ingresos propios del Santuario de Fátima.

Respecto a la iconografía y la decoración, son varios los artistas que dejaron su impronta. Entre ellos, el portugués Pedro Calapez, autor del panel superior de la entrada principal de la iglesia, dedicada a los misterios del Rosario. En cuanto a los autores extranjeros, se destacan el crucifijo interior de la iglesia, realizado por la irlandesa Catherine Green, una cruz de bronce con la figura de Cristo, y la imagen blanca de Nuestra Señora de Fátima, tallada en mármol de Carrara, por un maestro italiano.

13 de octubre por Rosa Domínguez. Vigometropolitano