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LGTB: La iglesia habla claro sobre el tema 

LGTB: La iglesia habla claro sobre el tema 

LGTB: La iglesia habla claro sobre el tema 

Charla entre Mons. Munilla y Marcel García. Presentación del documento eclesial “La verdad del amor humano”.

Ver vídeo pulsando: AQUÍ

 

Munilla propone nueve claves para combatir la ideología de género

En un encuentro online, José Ignacio Munilla, obispo de Orihuela-Alicante (España), explica qué es la ideología de género y da claves para combatir esta peligrosa plaga.

Partiendo del documento de la Conferencia Episcopal Española de 2012, “La verdad del amor humano. Orientaciones sobre el amor conyugal, la ideología de género y la legislación familiar”, Munilla expuso en un vídeo con el ‘youtuber’ Marcel García nueve puntos para entender y contrarrestar la ideología de género.

1. Rediseñar la antropología

Explica Munilla que la ideología de género, “una metástasis del marxismo”, “pretende rediseñar la antropología” y “desdibujar completamente la vocación para la que fuimos creados” que es “la entrega en el amor”.

En este sentido, pone el ejemplo de cómo la multinacional del aborto Planned Parenthood instruye en su sitio web sobre ideología de género porque “quiere rediseñar la antropología al servicio de su proyecto de muerte”.

2. Amor y verdad

La contraposición entre verdad y amor propugnada por la ideología de género, defiende, “es una de las herejías de nuestro tiempo”. “El amor no únicamente tiene que ser auténtico, es que tiene que ser verdadero”, explica, pues “no basta la autenticidad en el sentido de que yo sea sincero con mis sentimientos, sino que hay que ver si responden a una verdad o no”.

El obispo advierte de que “cuando rompes ese yugo indisoluble de verdad y amor no es que te quedes sin la verdad, es que también te quedas sin el amor”. Esto sucede “porque, los dos, o están unidos o son falsos. Una verdad sin amor no es verdadera y un amor sin verdad es puro emotivismo”.

3. Amor, procreación y sexualidad

“Soy amado, luego existo”, parafrasea el obispo, porque “el Amor es el que me ha dado la vida”. “Dios no ha querido que para que vengamos a este mundo “en una probeta” donde “somos fabricados”. “Ha querido que el hombre venga al mundo desde un acto de amor de sus padres”.

La Iglesia, explica, emplea tres criterios para discernir en moral sexual. El primero, es que “Dios ha querido la sexualidad para que sea configurante de mi personalidad”, de tal forma que es un modo de ser que afecta a las cuatro dimensiones de la persona: biológica, psicológica, sociológica y espiritual.

En segundo lugar, “Dios ha creado la sexualidad como un vehículo de expresión de amor como una manera de decir con el cuerpo lo que mi alma expresa”, algo que trasciende la mera dimensión física.

En tercer lugar, está el criterio de la sexualidad abierta la transmisión de la vida, por el que “Dios, el creador de la vida, puede hacer que ese acto de amor sea fecundo”. La ideología de género, denuncia, “se ha cargado las tres”, eliminando el componente integrador de la sexualidad, reduciéndolo como expresión y limitando su potencialidad procreadora.

4. Batalla del lenguaje

“Detrás de la ideología de género hay una batalla del lenguaje”, asegura, que se expresa en algunos conceptos clave. Así, la palabra matrimonio fue utilizada por la ideología de género “únicamente para introducir el ‘matrimonio igualitario’ gay”, pero fuera de eso, se habla de “parejas”. En definitiva, “la palabra matrimonio interesó para confundirla”.

Por otro lado, se ha sustituido procreación por reproducción, propia de los animales, pero no de los seres humanos. “La palabra procreación hace referencia a la Creación. El hombre es creado por Dios. Cada vez que el ser humano es engendrado, Dios infunde el alma humana allí donde el cuerpo humano está siendo engendrado por la unión del espermatozoide y el óvulo”, detalla.

Otro concepto tergiversado por la ideología de género es el de familia, que suele hablar de “familias”, de tal manera que “parece que estamos siendo más pluralistas, más abiertos”, ironiza el Prelado, cuando “lo que estamos pretendiendo es sencillamente manipular lo más sagrado que existe”.

5. Del relativismo a la dictadura del relativismo

Una de las claves del éxito de esta ideología es la “clara intromisión de las autoridades públicas, puestas a su servicio”, lo que denomina “el salto del relativismo a la dictadura del relativismo”.

“Hay un pensamiento que ahora se impone a todo el mundo” que conlleva incluso “fuertes multas” y que pretende que tal ideología sea considerada como obligatoria. “Esta crisis no podría estar llegando a donde está llegando sin una complicidad muy grave de las de las instituciones públicas”

6. Secularización

Sin embargo, el avance de la ideología de género no es sólo cuestión de las instituciones públicas. La secularización de las sociedades occidentales ha permitido “un vacío que este tipo de ideologías pasa fácilmente a ocuparlo”.

“Difícilmente la ideología de género hubiese cogido tanto espacio en tan poco tiempo si no hubiese encontrado una sociedad secularizada”, lamenta el obispo, porque “el hombre secularizado, desvinculado, desenraizado es mucho más fácilmente manipulable”.

7. Intrusismo educativo

Una expresión especialmente grave de esta imposición se da en la educación, con un “intrusismo tremendo en el que se está violentando el derecho de los padres sobre la educación de sus hijos”.

8. Falta de movilización social

Frente a este embate, “uno de nuestros dramas es la poca resistencia social” de tal forma que las acciones basadas en la ideología de género “van poco poco a poco sucediendo” mientras que “vamos tragando, tragando y tragando”. “La ideología de género no es una tendencia social espontánea, sino que está siendo muy artificialmente generada”.

A su juicio, “debe existir entre nosotros más movilización porque llega un momento en que para movilizarnos no sé qué tiene que pasar. Ya nos tragamos todo. Parece que nuestra capacidad de resistencia ya es muy limitada”.

9. Iglesia, denuncia y anuncio

Ante esto, la Iglesia no se puede limitar a denunciar, “hay que hacerlo”, sino que además hay que “ser profético”. En concreto, el Prelado reconoce que “debiéramos de ser más valientes” sin olvidar que “nuestra palabra tiene que ir acompañada de mostrar el verdadero rostro del amor”.

 

INFOVATICANA. Por Carlos Esteban | 18 agosto, 2022