La cuestión social es la cuestión de la persona
“Caritas in veritate”, la tercera encíclica de Su Santidad Benedicto XVI, firmada el pasado lunes 29 de junio, en la solemnidad de los santos Apóstoles Pedro y Pablo, fue presentada el pasado 7 de julio en el Aula Juan Pablo II de la Sala de Prensa de la Santa Sede con la intervención del Card. Renato Raffaele Martino, Presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz; el Card. Paul Josef Cordes, Presidente del Consejo Pontificio “Cor Unum”; Mons. Giampaolo Crepaldi, Secretario del Consejo Pontificio Justicia y Paz, y la participación del Prof. Stefano Zamagni, Profesor ordinario di Economía Política en la Universidad de Bolonia, y Consultor del dicasterio pontificio.
Como ha recordado Monseñor Martínez Camino en la presentación española de la nueva Encíclica de Benedicto XVI, la sociedad globalizada nos hace más cercanos, pero no más hermanos, es decir, más humanos. El problema para el progreso es la falta de fraternidad entre los hombres, por extraño que parezca, ya que la historia reciente no ha hecho más que repetir los beneficios del principio de la fraternidad, nacidos de la Revolución francesa. Hoy hay gobiernos empeñados en diferenciarse a partir de las denominadas políticas sociales. Pero, ¿qué significan esas políticas? La razón por sí sola no es capaz de fundar la hermandad, que nace de una vocación trascendente.
La propuesta que hace el Papa con su nueva Encíclica es la de resolver la pregunta de si el hombre es un producto de sí mismo, aclarando que la cuestión social es una cuestión antropológica. La mirada al hombre, la observación de la gramática que está inscrita en su naturaleza, no se puede obviar a la hora de proponer políticas públicas destinadas al progreso de la sociedad. En la carta del Papa Benedicto XVI, según ha señalado el portavoz episcopal, se nos explica cómo debemos entender al ser humano, más allá de las ideologías que siempre reducen la realidad, y cómo debemos entender el matrimonio y la familia y la relaciones de paternidad, maternidad, filiación y fraternidad. No podremos solucionar la pobreza del mundo si no escuchamos las voces de la conciencia que nos hablan de lo humano.
COPE