Blog

Para encontrar el Norte (15/…)

El hombre es un buscador pero necesita una brújula para encontrar su norte.

II b.  QUIÉN ES JESUCRISTO

Lidia: 

No quiero poner en duda la fe, pero ¿cómo comprobar que Jesucristo es realmente Dios?

Pedro: 

– Jesucristo es conocido en la mayor parte del mundo, aunque a veces sea de modo imperfecto o superficial. Sin duda es el personaje más importante y famoso de la historia humana, no sólo en nuestro tiempo sino en todas las épocas. Sin embargo, eso no significa creer que sea Dios como los cristianos con la gran Tradición y la enseñanza de la Iglesia. 

Algunos le conocen simplemente como el fundador de la religión más extendida por el planeta, otros como un profeta enviado por Dios –como el judaísmo o incluso el islam -, y otros como el modelo de una doctrina moral muy elevada, etc. Los cristianos, en cambio, creemos que es realmente el “Dios-con-nosotros”, el Salvador del mundo, en todo tiempo y lugar. No deja de ser una gran osadía que está apoyada en testimonios creíbles de que Dios se ha hecho hombre sin dejar de ser Dios, pues si no fuera por tantos signos de credibilidad nadie se atrevería a decirlo con plena seguridad.

Es verdad que algunas mitologías antiguas elaboraron complejos sistemas de dioses en el Olimpo de los griegos, pero aquello era otra cosa; sus divinidades masculinas o femeninas adquirían apariencias temporales como actores que se revisten por un rato de un personaje teatral, para satisfacer sus deseos y caprichos.

Sin embargo, el cristianismo afirma otra cosa absolutamente distinta: que el Hijo de Dios ha tomado o asumido la naturaleza humana definitivamente sin dejar de ser Dios, para la salvación de toda la humanidad movido por su infinito Amor. Ese “momento divino descendiente” realizado mediante su Encarnación y el Nacimiento se ha completado con el correspondiente “momento ascendente” con su Resurrección y Ascensión gloriosa a los cielos para siempre.

Si lees el Nuevo Testamento en la Tradición cristiana e incluso algunos testimonios extrabíblicos de historiadores no cristianos como Flavio Josefo puedes saber lo que pensaban de Jesús quienes le trataron. Fueron miles de seguidores y discípulos que admiraron sus enseñanzas, un ideal de vida jamás mostrado, y uno signos y prodigios solo atribuibles a su poder divino. Los apóstoles elegidos directamente por El entre tantos discípulos fueron testigos privilegiados y habituales de su doctrina y sus milagros. 

Jesús Ortiz