Cañizares contesta a Zapatero alzando la voz ante una “cultura de muerte”
El cardenal Primado de España y arzobispo de Toledo asegura que “no es hipocresía ir contra el aborto”, sino que es “defender la vida”
Toledo. El cardenal Primado de España y arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, asegura que “no es hipocresía ir contra el aborto, sino al contrario”.
Afirma que “la hipocresía sería no ser atalaya, no denunciar lo que ciertamente está en contra del bien más preciado del hombre, que es la vida”.
Así lo anunció Cañizares durante la homilía pronunciada en la Catedral de Toledo, donde señaló que “lo que hace falta no es un Estado que regule y deniegue todo, sino que generosamente reconozca y apoye, de acuerdo con el principio de su sinceridad, a los hombres necesitados de Dios y las iniciativas que surgen de las diversas fuerzas sociales, que unen la espontaneidad con la cercanía a los hombres necesitados de auxilio”.
La misión de la Iglesia es “ser atalaya”
En este sentido, manifestó que la misión de la Iglesia es “ser atalaya” y “poner en guardia cuando el hombre, la humanidad o quienes fueren andan por el camino herrado para que cambien de conducta”.
Por ello, el purpurado indicó que “cuando la Iglesia alza la voz contra el aborto” está ejerciendo un derecho fundamental, que es el de defender el derecho a la vida, “que se antepone ante cualquier interés propio”, “sea cual sea su estado de gestación”.
Estar a favor del aborto es como “estar en contra del bien más preciado del hombre, que es la vida”, resaltó el obispo de Toledo.
Un mundo falto y necesitado de amor
Un debate de este calado “puede resultar duro para la Iglesia pero, si no lo hace, no estaría cumpliendo con el deber que tiene para con todos, y estaría yendo contra el propio hombre, contra la misma sociedad”.
También resaltó la necesidad del amor, en su ejercicio de caridad, hacia el prójimo “ante un mundo tan falto y necesitado de amor, con tan grandes problemas de humanidad como es el nuestro”.
“El amor vela por nosotros”, y es ahí donde “se encuentra la razón de vivir y del amor”, subrayó.
“Alzar la voz y a ser atalaya, por ejemplo, ante una cultura de muerte que no sólo permite el aborto, sino que lo alienta con legislaciones que anteponen al derecho inviolable a la vida cualquier otro interés“, apostilló Cañizares.
El amor “no se trata de un mandamiento externo, sino de una experiencia humana en activo que, por su propia naturaleza ha de ser comunicada a otro, a todos”, ya que “el amor crece a través del amor, y lo único que queda al final es la caridad”. (Agencias)
Gaceta.es. 9 de septiembre de 2008