Afirma que esta piadosa práctica, «amada tanto por el pueblo como por místicos y teólogos», expresa «de forma sencilla la Buena Noticia»

  Ciudad del Vaticano- Benedicto XVI ha invitado a los católicos a «renovar en el mes de junio su propia devoción al Corazón de Cristo», una piadosa práctica particularmente «amada tanto por el pueblo como por los místicos y teólogos», pues, «expresa de una manera sencilla y auténtica la “buena noticia” de amor, resumiendo en sí el misterio de la encarnación y de la Redención».

En sus palabras del Ángelus del pasado domingo, el Papa destacó la sucesión de fiestas que ha seguido al Tiempo Pascual que «hace pensar en un movimiento hacia el centro, un movimiento del espíritu guiado por el mismo Dios», añadió el Papa. «Dios ha querido entrar en los límites de la historia y de la condición humana, ha tomado un cuerpo y un corazón, para que podamos contemplar y encontrar el infinito en lo finito, el Misterio invisible e inefable en el Corazón humano de Jesús, el Nazareno», añadió el Pontífice en sus palabras.

«Toda persona necesita un “centro” para su propia vida, un manantial de verdad y de bondad al recurrir ante la sucesión de las diferentes situaciones y en el cansancio de la vida cotidiana. Cada uno de nosotros, cuando se detiene en silencio, necesita sentir no sólo el palpitar de su corazón, sino, de manera más profunda, el palpitar de una presencia confiable, que se puede percibir con los sentidos de la fe y que sin embargo, es mucho más real: la presencia de Cristo», explicó el Papa. De esta forma, Benedicto XVI invitó a los creyentes a renovar esta devoción al Corazón de Jesús, «valorando también la tradicional oración de ofrecimiento del día y teniendo presentes las intenciones» que él mismo ha propuesto a la Iglesia católica para este mes. En junio el Papa ha pedido rezar por dos motivos particulares: «Que los cristianos, cultivando su unión con Cristo, sean mensajeros del amor de Dios al mundo» y que, el «Congreso Eucarístico de Québec [que se celebrará del 15 al 22 de junio en esta ciudad canadiense] muestre con más fuerza que la Eucaristía es corazón de la Iglesia y fuente de Evangelización». La devoción al Sagrado Corazón recibió un impulso decisivo con las aparaciones de Cristo a la religiosa francesa de la Visitación santa Margarita María Alacoque (1647-1690).