Desde el acuerdo alcanzado entre el Estado y la Santa Sede en diciembre de 2006, el sostenimiento económico de la Iglesia Católica en España, depende única y exclusivamente de los católicos y de quienes valoran la labor que se realiza aportando su ayuda.

Los ingresos de la Iglesia provienen básicamente de:

1. Colectas

2. Donativos

3. Donaciones monetarias

4. Donaciones patrimoniales

5. Asignación tributaria de los contribuyentes que así lo marquen en su declaración anual del Impuesto sobre la Renta de las Persona Físicas-

¿EN QUÉ SE EMPLEA EL DINERO DE LA IGLESIA?

Como partidas de mayor importancia, están aquellas necesidades que nadie más atiende, lo que conforma la denominada Obra Social de la Iglesia, a saber:

• Asilos y residencias de ancianos

• Centros de acogida de huérfanos

• Colegios e internados para niños y jóvenes

• Hospitales y centros sanitarios

• Atención a inmigrantes

• Atención a marginados

• Mantenimiento de misiones

• Seminarios

• Cáritas

• Pastoral penitenciaria, etc.

• La Iglesia, a sus únicas expensas atiende además las siguientes necesidades:

• Mantenimiento de Iglesias, conventos, colegios, hospitales, etc.

• Remuneración del clero y cotizaciones a la Seguridad Social por los religiosos en todos sus órdenes.

A la vista de estos datos, resulta evidente la perentoria necesidad de ayuda humana y económica que tiene la Iglesia y es aquí donde todos podemos aportar nuestro granito de arena, con oraciones para que surjan nuevas vocaciones – la mies es mucha y los obreros pocos –, con entrega personal de parte de nuestro tiempo y aportación económica según la disponibilidad y voluntad de cada uno, pero teniendo siempre en cuenta que toda ayuda es vital, por insignificante que nos parezca. La necesidad es tan grande que TODO, es POCO.