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Sin embargo, algunos dicen que hay mucha distancia entre el Jesús histórico y el  Jesús de la fe, ¿cómo puedes explicarlo?

Sin embargo, algunos dicen que hay mucha distancia entre el Jesús histórico y el Jesús de la fe, ¿cómo puedes explicarlo?

El hombre es un buscador pero necesita una brújula para encontrar su norte.

II b.  QUIÉN ES JESUCRISTO

Lidia: 

Sin embargo, algunos dicen que hay mucha distancia entre el Jesús histórico y el Jesús de la fe, ¿cómo puedes explicarlo?

Pedro:

En el libro entrevista “Luz del mundo”, Benedicto XVI destacaba con claridad que el Jesús de la fe es el Jesús histórico. El método histórico-crítico permite sostener esa afirmación, pero, según otros, no lo permite. Porque solo es un buen instrumento en manos de un investigador sin prejuicios. Así la teología -el pensar ordenado sobre Dios- puede profundizar en la figura del Jesús de Nazaret de los Evangelios, a partir del testimonio de sus discípulos. 

De una parte, conmueve que Jesucristo atienda con amor a los pecadores, y conviene que cada uno se incluya entre ellos porque de otro modo se cerraría la puerta de la esperanza. Pero hay que recordar también que Jesús estuvo rodeado de gentes de alto nivel humano, intelectual, social y religioso. Por ejemplo, José de Arimatea, Nicodemo, Juana mujer de Cusa, el administrador de Herodes, Susana y otras que le asistían con sus bienes; Jairo, el centurión de Cafarnaúm, Lázaro y su familia, Mateo o Leví, y hasta el mismo Juan que tiene acceso libre al pretorio de Pilatos.

De otra parte, Jesucristo se designa a sí mismo como el Hijo del hombre, que alude directamente al Mesías vislumbrado ocho siglos antes por el profeta Isaías. A la vez manifiesta clara conciencia de ser el Hijo de Dios, no un hijo más: algo que va entrando poco a poco en la mente de los apóstoles, como entraría en el cenáculo la realidad, increíble hasta entonces, de su presencia real en el Pan consagrado. Y fruto de esa labor paciente en los discípulos se atreven a reconocerle como Señor, es decir como Dios en sentido estricto, en la Pascua. Aunque no olvides que Simón le había descubierto ya como Señor en la primera pesca milagrosa. Y antes se le había escapado aquello de «tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo». Jesucristo no corrigió a Simón pues le hizo roca sobre la que edificaría su Iglesia, otorgando las llaves del Reino de los cielos, y poder para atar o desatar las conciencias, nada menos. 

Jesús Ortiz