Blog

Aula de Actualidad: El Valle de los Caídos y la redención de penas por el trabajo

captura-de-pantalla-2016-10-17-a-las-19-23-56El viernes, 14 de octubre de 2016, iniciamos el nuevo curso con una interesante conferencia de D. Alberto Bárcena Pérez, Licenciado en Derecho y Doctor de Historia Contemporánea, que durante seis años ha realizado un magnifico trabajo de investigación sobre el Valle de los Caídos y ha podido sacar a la luz numerosos documentos que permanecían olvidados en los archivos del Palacio Real. En ellos hay muchos datos que echan por tierra la leyenda negra de la construcción del Valle y que demuestran que la ignorancia, la mala fe, o ambas, de los que han propalado hechos y datos que no se corresponden con la realidad de lo allí vivido.  Ver vídeo conferencia completa, pinchandoAQUÍ

La redención de penas, fue un proyecto de Francisco Franco, que se aplicó hasta la transición, diseñado por el padre José Agustín Pérez del Pulgar, físico y jesuita, que también fundó el ICAI y creo el Patronato de la Redención de Penas por el Trabajo.

Al iniciar sus investigaciones, el ponente se encontró con 69 cajas con miles de documentos, lo que le sirvió como fondo documental de primera mano en que basar su tesis doctoral y su posterior libro “Los presos del Valle de los Caidos”.

Lo primero que sale a la luz, es que no había 27.000 presos condenados a trabajos forzosos, ni los batallones de presos políticos que se ha dicho.

Los presos llegaron al Valle por primera vez, en 1943 y el último salió en 1950 indultado, es decir que desde 1940 en que se empezó la obra, no había reclusos, como tampoco los hubo hasta el final en 1958.

La cifra real de presos políticos y comunes que participaron en las obras, oscila entre 500 y 800, según la fase de las citadas obras, y todos ellos eran voluntarios. En los ocho años que hubo reclusos, de los diecinueve que duraron los trabajos, apenas pasaron por el Valle 2.000 penados y el total de operarios que coincidieron simultáneamente en las obras, no llegó a 3.000, incluidos los libres.

Para que los penados fueran trasladado al Valle, lo tenían que solicitar por escrito y eran tratados como los obreros libres, cobrando los mismos salarios y en las mismas condiciones sociolaborales, además de redimir 6 días de condena por cada día trabajado.

Podían llevar a sus familias a vivir con ellos y recibían visitas en todo momento. El régimen alimenticio era más abundante que fuera del Valle, donde había escasez y racionamiento, tenían asistencia sanitaria mejor que el resto de la población, contaban con un surtido economato y escuelas para sus hijos y niños de acogida.

Obreros libres, presos políticos y comunes, recibían el mismo trato y disfrutaban de las mismas condiciones de vida dentro del Valle. A los obreros especializados, se les respetaba su cualificación, cualquiera que fuese su procedencia.

Muchos reclusos, cumplida su condena, se quedaban a trabajar como libres, debido a las mejores condiciones laborales y de vida familiar de que disfrutaban.

Las pocas fugas habidas, se producían los domingos cuando llegaban las familias a pasar el día y se iban andando a El Escorial. A los que detenían, se les reingraba a sus cárceles de procedencia y no volvían al Valle.

En cuanto a los miles de muertos, que incluso se enterraban en los cimientos, también es falso.

Durante los 19 años que duró la construcción del Valle, murieron 14 obreros, libres y penados, siendo el primero de ellos Alberto Pérez Alonso, obrero libre, que murió por accidente en 1948, a los ocho años del comienzo de las obras. Los fallecimientos se debieron a desprendimientos, uso de maquinaria, enfermedades laborales, etc., nunca por malos tratos o abandono.

Estos 14 muertos, están documentados por el Dr. Ángel Lausin, preso político y medico del campo, que llegó al Valle en 1943 y una vez cumplida su condena, como tantos otros, permaneció en su puesto, como libre hasta 1962.

El ponente ilustra la charla contando casos concretos y anécdotas.

Cuando finalizó su intervención, quedó muy claro, que una vez más, las fuentes primarias desmontan las leyendas.

Tras un breve turno de preguntas, se despidió al profesor Bárcena con un fuerte aplauso.