La Doctora Mª del Rosario González Martín, Profesora de la Universidad Complutense de Madrid en la actualidad, lo ha sido de la Universidad Autónoma de Madrid y de la Universidad de Santiago, de Chile. Experta en Educación Afectiva y Ética, Terapeuta de Familia y en Medicina Psicosomática, tiene numerosas publicaciones y ponencias sobre el tema y fruto de sus investigaciones, nos transmite hoy, 11 de abril de 2016 algunas bases para el perdón sano que ayude a construir un matrimonio mejor.

Empieza diciendo que el perdón, tiene gran relevancia para la salud psíquica.

Debe ser un factor presente en los matrimonios de éxito. El perdón es productor de felicidad, protector de patologías y aporta beneficios físicos y emocionales.

El matrimonio, es una relación específica entre un hombre y una mujer, diferente a cualquier otra relación entre personas. Presenta aspectos como que, es simétrico, complementa en la igualdad, aporta una conciencia comunal, se vive en plena desnudez, tanto física, como mental, es preferente, conforma la historia de los dos, tiene cotidianeidad, ofrece permanencia del proyecto y define la identidad de cada uno.

Hay mitos y creencias sobre el perdón:

– Perdonar es justificar al otro.

– Mejor olvidar el daño recibido.

– No sentir dolor por el daño hecho.

– El acostarse juntos, todo lo perdona.

– No se puede perdonar a quien no se arrepiente.

¿Por qué se juega tanto en el perdón?:

– Por el mal que sufrimos, es inevitable tener que dar una respuesta.

– Si el mal se queda atrapado puede hacer más daño.

– Ignorar el mal, nos hace mal a nosotros y a la relación.

– Perdonar falsamente nos perjudica, así como olvidar, condonar, cobrarse el mal.

En el proceso de perdonar, hay que tomarse un tiempo.

– El mal sufrido por el cónyuge ¿es real?, ¿es por derechos adquiridos?, ¿forma parte de la

evolución de la relación?.

– Cuidado con pedir perdón si no ha habido ofensa.

– Hay que tener en cuenta el reconocimiento reciproco de la dignidad del otro.

Cuando hay perdón real, renace la esperanza y la alegría, todo está en paz.

Se abre un turno de preguntas, tras el cual se despide a la ponente con fuertes aplausos.