El jueves 1 de mayo, fiesta de San José Obrero, como viene siendo tradicional, iniciamos viaje a   Lourdes un grupo de 52 peregrinos entre Torrelodones Pueblo y Colonia y El Pardo, con nuestro conductor favorito David a los mandos y capitaneados por el Padre Enrique.

Con un buen día primaveral, arrancamos a las 7:40 horas después de celebrar la Eucaristía y tras recoger a los amigos de El Pardo y parar en Medinaceli, llegamos a las doce de la mañana al Monasterio de Piedra, que por lo apretado de la hora no se pudo disfrutar como el lugar se merece y, sin visitar el Monasterio, se recorrió el magnifico  parque con sus cataratas a toda velocidad, para comer a las 13:30 horas y salir hacia Zaragoza.

Tuvimos una rápida visita guiada a la Catedral de la Seo, totalmente restaurada y a continuación, como es costumbre, estuvimos en la Basílica del Pilar y nos trasladamos al Hotel Eurostars Plaza Delicias, junto a la estación de ferrocarril del AVE en las afueras de la ciudad, donde cenamos a las nueve y media de la noche.

El viernes día 2, salimos a las 7:30 con dirección a Jaca, donde estaba prevista la celebración de la Eucaristía en su catedral, pero como se encontraba en fiestas  sufrimos un gran atasco que desbarató nuestros planes, y del que pudimos salir camino de Canfranc, donde llegamos a las diez y media de la mañana y nos encontramos con que el puerto de Somport estaba cortado por  desprendimientos y no dejaban pasar vehículos grandes. Ante esta incidencia, tuvimos que dar la vuelta, buscar por donde pasar a Francia, e improvisar la comida en España, ya que estaba prevista para la una en Lourdes. Con el consabido retraso, comimos en El Grado y a las cuatro menos veinte pasábamos por Bielsa al país vecino.

Llegamos a Lourdes a las seis menos diez y directamente asistimos a la Santa Misa en la Capilla de la Reconciliación. Nos hospedamos en el Hotel Esplanade Edén, bastante lejos de la Gruta, junto al aparcamiento de autobuses en la curva del río Gave.

Esa noche, algunos compañeros asistieron a la procesión de las velas, lloviendo, como había estado desde que llegamos, acabando este accidentado día muy cansados.

El sábado día 3, empezamos a las ocho y media con el Vía Crucis, lloviendo, celebramos la Santa Misa a las diez en la Cripta, comimos a las doce en el hotel y por la tarde algunos peregrinos se fueron a bañar, otros a visitar las Cuevas de Betharram, otros a rezar y otros a presenciar la bendición de enfermos, para por la noche asistir todos juntos al Rosario y procesión de las velas, esta vez sin lluvia.

El domingo día 4 iniciamos el regreso a las nueve menos cuarto, volvimos por Bielsa, comimos otra vez en El Grado y llegamos a Torreciudad, muy apretados de tiempo, entregamos el cuadro de la Virgen de la Asunción que llevábamos para el Museo, celebramos la Eucaristía en la capilla de la Virgen de Guadalupe y a las cinco y media dimos por terminada la visita y seguimos el viaje de vuelta.

Con cambio de conductor en Hortaleza por exigencia de horario, dejamos a los peregrinos de El Pardo y acabamos en Torrelodones pasadas las doce de la noche. Nos despedimos, como siempre, con pena y esperamos volver a viajar juntos, si Dios quiere.

                                                                                      Un peregrino