La Delegación episcopal de pastoral vocacional ha querido preparar en este Año de la Fe, y con ocasión de la Misión Madrid,  un pequeño libro de testimonios de sacerdotes que hablan de su propia experiencia ministerial. Son sacerdotes de diversas edades, cuya ordenación sacerdotal va desde el año 1964 a nuestros días, un arco 50 años de historia. A pesar de la diferencia de edad y de los diversos ministerios que han ejercido, sus vidas reflejan el misterio de la elección divina. Dios se fijó en cada uno de ellos, de modo personal y único, para configurarlos con el único y definitivo Pastor, Jesucristo. HOY. PEDRO PABLO CANO, ver vídeo pinchando: AQUÍ

En el testimonio que nos ofrecen, responden a la pregunta de por qué son sacerdotes y explican los motivos de su gozo, ése que nadie les puede arrebatar, porque es el gozo de Cristo por la misión recibida del Padre. No es fácil expresar en pocas palabras las razones que, incluso para el mismo sacerdote, pertenecen al misterio de Dios que elige a quien quiere y como quiere. Es un misterio que nos desborda, porque el sacerdote no es elegido en razón de sus méritos, valía personal o capacidades intelectuales, sino única y exclusivamente en razón de la elección de Dios. De ahí que su propia vida, para el mismo sacerdote, resulte un misterio. Pero, al explicitar los motivos de por qué dijo sí a Cristo, cuando le llamó, y por qué cada día se despierta con el asombro de ser su miniEste libro se convierte así, en última instancia, en una provocación a jóvenes que alguna vez se preguntan o pueden preguntarse si Dios no les llama al sacerdocio. Una provocación saludable, como provocaría a los contemporáneos de Cristo el grupo de los doce apóstoles que le seguían a todas partes, vivían con él y como él, y participaban de su intimidad en horas de cruz y de gloria.

Es la provocación que despierta el hecho de que el Hijo de Dios, convertido en hermano de los hombres, pase por la vida de alguien, le mire, le ame y le diga: ¡Sígueme!” (Mons César Franco, obispo auxiliar de Madrid)