Benedicto XVI bajó ayer por la tarde a las Grutas Vaticanas para rezar sobre las tumbas de sus predecesores, con ocasión del día de difuntos. Ayer durante todo el día miles de fieles visitaron las tumbas en particular la capilla donde está sepultado Juan Pablo II.

El domingo en el rezo del Ángelus el Papa invitó a vivir con auténtico espíritu cristiano la conmemoración de los difuntos, mirando el misterio de la muerte con serenidad y esperanza, iluminados por la fe en la resurrección. Una exhortación propuesta en varias ocasiones durante estos años de pontificado. La conmemoración de los fieles difuntos está unida a una iniciativa iniciada por la abadía francesa de Cluny en el siglo X, de la cual dependían miles de monasterios. Este hecho favoreció la amplia difusión de la conmemoración en muchas partes de Europa septentrional. Después en 1311, la memoria de los difuntos fue ratificada oficialmente por la Santa Sede.

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