“Reza, ten fe y no te preocupes”. San Pío de Pietrelcina, modelo para el año sacerdotal
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Un referente para este Año Sacerdotal es el Padre Pío de Pietrelcina, al que rindió un profundo homenaje el Papa Benedicto XVI el pasado mes de junio. Sobre esto habla en su comentario matinal de hoy el sacerdote y colaborador de la cadena COPE, Jesús de las Heras Muela.
¡Alegre la mañana, amigos y amigas de la Cope! A los dos días de la apertura del Año Sacerdotal 2009-2010, contextualizado en el 150 aniversario de la muerte de San Juan María Bautista Vianney, el Santo Cura de Ars –sobre quien hablaré próximamente-, el Papa Benedicto XVI viajó hasta la pequeña localidad italiana de San Giovanni Rotondo, a rendir un sentido y multitudinario homenaje a otro de los más extraordinarios sacerdotes de toda la historia de la Iglesia: el fraile capuchino y presbítero San Pío de Pietrelcina (1887-1968), quizás el santo contemporáneo más popular de Italia y unos de los populares y “emergentes” de todo la Iglesia.
Llamado fraile de los estigmas, crucificado de Gárgano, sacerdote de oración y de penitencia, confesor y director espiritual de primera magnitud, el capuchino Pío de Pietrelcina presenta además grandes paralelismos con el Santo Cura Ars, y se convierte, de este modo, en otro ejemplo admirable, en otra referencia inexcusable para iluminar y guiar el Año Sacerdotal.
Su ministerio sacerdotal consistió en la dirección espiritual –en persona o a través de cartas-, en la administración del sacramento de la Confesión –llegaban hasta San Giovanni Rotondo cientos de penitentes que hacían largas colas para poder confesarse-, en la promoción de la caridad a través, sobre todo, del Hospital por él fundado “Casa Alivio del Sufrimiento” y en el apostolado de la oración, fundando los llamados grupos de oración del Padre Pío. Asimismo su sacerdocio se realizó, de modo eminente, a través del sufrimiento -tanto físico como consecuencia de los estigmas, como moral, pues en varias ocasiones fue suspendido temporalmente del ejercicio público del ministerio ante la fama y la contradicción aparente de sus estigmas- y de la piedad mariana.
Rodeado de la admiración de millones de fieles y en olor de santidad, el Papa Pío falleció el 23 de septiembre de 1968. Su santuario en San Giovanni Rotondo, ya hasta entonces muy visitado, se ha convertido con el paso de los años en uno de los lugares más visitados de la cristiandad. Hasta allí acuden cada año varios millones de fieles. Y hasta San Giovanni Rotondo, peregrino entre peregrinos, acaba de acudir el Papa Benedicto XVI, nada más inaugurar el Año Sacerdotal.
Y en su visita, Benedicto XVI definió al Padre Pío como admirable testigo y fecundo instrumento del poder de la cruz. Mañana hablaré de los contenidos de esta visita papal tras las huelas del San Pío Pietrelcina. Ahora, en el alba de este jueves –como todos los jueves día sacerdotal- oremos por los sacerdotes y por las vocaciones y demos gracias a Dios por el inmenso don del ministerio sacerdotal. Buenos días.
COPE.ES RELIGION 25 de julio 2009