María Voce, una de las más estrechas colaboradoras de Chiara Lubich, es la nueva presidente del Movimiento de los Focolares

 Ha sido elegida esta mañana por la Asamblea General del Movimiento, reunida en Castelgandolfo, prácticamente por unanimidad. El nuevo copresidente es Giancarlo Faletti, hasta ahora co-responsable del Movimiento en Roma.

Después del fallecimiento de Chiara Lubich el 14 de marzo pasado,

 con la elección de María Voce y de Giancarlo Faletti, el Movimiento vive una nueva etapa de su historia, porque se lleva a cabo la transición de Chiara y de las primeras y primeros focolarinos que dieron inicio al Movimiento y que, hasta ahora, estuvieron en la dirección del Movimiento. En sus primeras palabras la nueva presidenta les agradeció sobre todo la confianza con la que han acompañado esta transición. Y manifestó estar “segurísima de tener en ellos a sus primeros colaboradores”.

La función de la nueva presidenta será obviamente distinta de la ejercitada por Chiara

 durante más de 60 años. Ella misma lo había dicho más de una vez, afirmando que “no sería una sola persona quien la sustituyera”, sino ‘un cuerpo’ de personas: el Consejo General, junto a la presidenta en comunión con el co-presidente, para garantizar siempre el carisma de la unidad.

María Voce nació en Aiello Calabro (Calabria, Italia) el 16 de julio de 1937

 Conoció el Movimiento en 1959 y desde hace 44 años vive en la comunidad del Focolar. Habiendo realizado estudios de Teología y de Derecho Canónico, estuvo dedicada en estos últimos años a la actualización de los Estatutos Generales del Movimiento. Es una de las responsables de “Comunión y Derecho”, red de profesionales y expertos comprometidos en el campo de la justicia, nacida recientemente en el ámbito de los Focolares. También es miembro de la Escuela Abbá, Centro de estudios interdisciplinario. Asimismo, tiene experiencia directa en el campo ecuménico e interreligioso. Ha vivido en Turquía durante 10 años (de 1978 a 1988) y allí mantuvo una estrecha relación con el Patriarcado ortodoxo de Constantinopla, y también con el actual Patriarca Bartolomé I, con líderes de otras Iglesias Cristianas y con el mundo musulmán.

17.07.08 focolares.org

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Nota sobre Movimiento de los Focolares:

Chiara Lubich, 1920-2008 

• La fundadora del Movimiento de los focolares nació en Trento el 22 de enero de 1920, con el nombre de Silvia Lubich, que luego cambiaría por Chiara en homenaje a Santa Clara de Asís, hermana de San Francisco.
• Inició el Movimiento cuando trabajaba como maestra de primaria con algo más de veinte años. Se había matriculado en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Venecia, cuando estalló la Segunda Guerra Mundial.
• En medio de las bombas, fue creciendo en su interior su deseo de ser toda para Dios y el 7 de diciembre de 1943, en soledad y en una capilla de su ciudad, se consagró a Dios para toda la vida. Esta fecha marca oficialmente el inicio del Movimiento de los Focolares.
• Su casa fue destruida el 13 de mayo de 1944, durante uno de los más violentos bombardeos que sufrió Trento. Su familia busca amparo en las montañas cercanas, pero Chiara decidió quedarse en la ciudad.
• Abrazando entre los escombros a una madre abatida por la muerte de sus cuatro hijos, Chiara sintió que debía abrazar el dolor de la humanidad, y junto con otras compañeras que la siguieron en su decisión, trató de vivir el Evangelio con plenitud, como Palabra vivida.
• En 1948 Chiara se encontró con Igino Giordani, un prestigioso político, diputado, escritor, periodista y padre de cuatro hijos. Él la ayudó a encarnar la espiritualidad de la “unidad”, por lo que es considerado coofundador del Movimiento. Pionero del ecumenismo la Iglesia católica ha iniciado recientemente la causa de beatificación de Giordani.
• En el año 1949 se encontró con Pasquale Foresi, un joven seminarista deseoso de conjugar evangelio y vida en la Iglesia. Ordenado presbítero en 1954, Don Foresi es el primer focolarino sacerdote.
• En 1956 nacieron los «Voluntarios», nueva rama de su movimiento, constituido por personas adultas comprometidas en los más diversos campos sociales: política, economía, justicia, salud, docencia, arte, industria, etc. Tratan de ser animadores en sus actividades y vivirlas en unión con cada persona desde Dios.
• En 1966 propuso a los jóvenes la radicalidad del Evangelio y así surgió el «Movimiento Gen» (Generación Nueva).
• En el 1977 recibió en Londres el premio Templeton por el Progreso de la Religión, con lo que la actividad de Chiara comienza lentamente a cobrar notoriedad pública, pese a la modalidad del movimiento de «amar a fondo y hablar poco» para «ser» más que aparecer.
• En el 1991 en Brasil, tras conocer la miseria de las «favelas», puso en marcha la Economía de Comunión.
• En el 1996 en París la UNESCO le confirió el Premio por la Educación para la Paz 1996.
• Entre 1997 y 1998 abrió nuevas perspectivas de diálogo interreligioso: fue invitada a hablar de su experiencia interior en Tailandia a 800 monjes y monjas budistas; en Nueva York de EEUU, a 3.000 musulmanes negros en la mezquita de Harlem, y en Argentina a la comunidad hebrea de Buenos Aires. Era la primera vez en la historia que esto sucedía.
• En septiembre de 1998 el Consejo Europeo le otorgó el Premio Derechos Humanos.
• Juan Pablo II la nombró observadora en cuatro Sínodos de Obispos y consejera del Consejo Pontificio de los Laicos, del que dependen los movimientos y las nuevas comunidades.
• Falleció a los 88 años, falleció a causa de una insuficiencia respiratoria el 14 de marzo de 2008, a las 2, en su residencia de Rocca di Papa (Roma), donde había regresado por su expresa voluntad después del internamiento en el Policlínico Gemelli.
• Entre los últimos personajes que acudieron a visitarla en el Hospital Gemelli se cuenta el Patriarca Ecuménico de Constantinopla, Bartholomaios I, quien le agradeció sus esfuerzos por acercar las Iglesias católica y ortodoxa