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El Papa en EE.UU: Dad con el Evangelio soluciones a los problemas reales

benedicto-xvi-en-eeuu.jpgResumen de las intervenciones de Benedicto XVI en su viaje a Estados Unidos. Ante el alejamiento de la práctica de la fe, el Papa ha aconsejado
a los obispos que den soluciones a los problemas reales de la gente con el
Evangelio y cuiden la Eucaristía
.

 DISCURSO ANTE LA CASA BLANCA

“Vengo como amigo y anunciador del Evangelio, como uno que tiene gran
respeto por esta vasta sociedad pluralista”.

“Confío en que los americanos encuentren en sus creencias religiosas una
fuente preciosa de discernimiento y una inspiración para buscar un diálogo
razonable, responsable y respetuoso en el esfuerzo de edificar una sociedad
más humana y más libre.”

“La libertad es no sólo un don, sino también una llamada a la
responsabilidad personal. La defensa de la libertad es una llamada a
cultivar la virtud, la autodisciplina, el sacrificio por el bien común y
un sentido de responsabilidad ante los menos afortunados. Además, exige el
valor de empeñarse en la vida civil, llevando las propias creencias
religiosas y los valores más profundos a un debate público razonable”.

 ENCUENTRO CON LOS OBISPOS EN WASHINGTON

Cristo, el centro. “La gente necesita que se le recuerde cuál es el fin
último de su vida. Sin Dios, nuestras vidas están realmente vacías. La
meta de toda nuestra actividad pastoral y catequética, el objeto de
nuestra predicación, el centro mismo de nuestro ministerio sacramental ha
de ser ayudar a las personas a establecer y alimentar semejante relación
vital con “Jesucristo nuestra esperanza”.

La vida matrimonial. “Un tema de profunda preocupación es la situación de
la familia dentro de la sociedad. El divorcio y la infidelidad están
aumentando, y muchos jóvenes hombres y mujeres deciden retrasar la boda o
incluso evitarla completamente”.

“Es vuestro deber proclamar con fuerza los argumentos de fe y de razón que
hablan del instituto del matrimonio, entendido como compromiso para la vida
entre un hombre y una mujer, abierto a la transmisión de la vida. Este
mensaje debería resonar ante las personas de hoy, ya que es esencialmente
un “sí” incondicional y sin reservas a la vida, un “sí” al amor y un “sí”
a las aspiraciones del corazón de nuestra común humanidad, a la vez que
nos esforzamos en realizar nuestro profundo deseo de intimidad con los
demás y con el Señor”.

Acompañar a los sacerdotes. “Uno de los signos contrarios al Evangelio de
la vida es el abuso sexual de los menores. Habéis recibido de Dios una
responsabilidad como pastores de vendar las heridas causadas por cada
violación de la confianza, favorecer la curación, promover la
reconciliación y acercaros con afectuosa preocupación a cuantos han sido
tan seriamente dañados”.

“En este momento una parte vital de vuestra tarea es reforzar las
relaciones con vuestros sacerdotes, especialmente en aquellos casos en que
ha surgido tensión entre sacerdotes y obispos como consecuencia de la
crisis. Es importante que sigáis demostrándoles vuestra preocupación,
vuestro apoyo y vuestra guía con el ejemplo”.

Oración. “Tenemos que redescubrir la alegría de vivir una existencia
centrada en Cristo, cultivando las virtudes y sumergiéndonos en la
oración. El tiempo pasado en la oración nunca es desperdiciado, por muy
importantes que sean los deberes que nos apremian por todas partes”.

Secularismo. “Lo que necesitamos es un mayor sentido de la relación
intrínseca entre el Evangelio y la ley natural por una parte y, por otra,
la consecución del auténtico bien humano, como se encarna en la ley civil
y en las decisiones morales personales.

“El Evangelio debe ser predicado y enseñado como modo de vida integral,
que ofrece una respuesta atrayente y veraz, intelectual y prácticamente, a
los problemas humanos reales. Creo que la Iglesia en América tiene ante sí
en este preciso momento de su historia el reto de encontrar una visión
católica de la realidad y presentarla a una sociedad que ofrece todo tipo
de recetas para la autorrealización humana de manera atrayente y con
fantasía”.

El abandono de la práctica religiosa. “La salvación -la liberación de la
realidad del mal y el don de una vida nueva y libre en Cristo- está en el
corazón mismo del Evangelio. Hemos de redescubrir, como ya he dicho, modos
nuevos y atractivos para proclamar este mensaje. En la liturgia de la
Iglesia, y sobre todo en el sacramento de la Eucaristía, es donde se
manifiestan estas realidades de manera más poderosa y se viven en la
existencia de los creyentes; quizá tenemos todavía mucho que hacer para
realizar la visión del Concilio sobre la liturgia como ejercicio del
sacerdocio común y como impulso para un apostolado fructuoso en el
mundo”.

Escasez de vocaciones. “La oración misma, nacida en las familias
católicas, fomentada por programas de formación cristiana, reforzada por
la gracia de los sacramentos, es el medio principal por el que llegamos a
conocer la voluntad de Dios para nuestra vida”.