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Células madre, sin matar a embriones

celulas-madre.jpgLa semana pasada, la revista científica Cell publicaba en Internet un estudio del científico japonés Shimya Yamanaka, quien ha logrado células madre similares a las embrionarias a partir de la piel, sin crear ni matar embriones, lo que ha producido gran revuelo en la sociedad científica. Doña Natalia Moratalla lo explica para Alfa y Omega

¿Qué importancia tiene el descubrimiento de Yamanaka para la medicina regenerativa?


Desde el inicio aparecen dos vías contrarias: una, desde 1998, es coger células madre embrionarias, hacer que evolucionen y puedan ser útiles para curar. Estas células producen tumores; y, si llegaran a servir, el cuerpo del paciente las rechazaría. Como un año antes se había clonado a Dolly, se planteó lo que se llamó clonación terapéutica . La investigación con embriones tiene un lobby muy potente, ideológico, político y económico (es una investigación que necesita grandes inversiones), y hacía fuerza. Sin ese lobby, que airea a los colectivos de enfermos y las banderas políticas, esto no hubiera empezado, o, al ver los disparates que salen, se hubiera abandonado.

En 1999 aparece la otra vía, cuando se descubre que hay muchas más células madre adultas de lo que imaginábamos. Pero, para poder trabajar con ellas, aparecía la dificultad de que, al ser más maduras, crecen poco. Desde el principio comienzan los trabajos para reprogramarlas y que rejuvenezcan y crezcan más, de forma controlada.

Y por fin se ha logrado…

Yamanaka ya lo había conseguido con ratones, y ahora con humanos. Ha rejuvenecido células de piel (baratas, fáciles de conseguir y del mismo paciente) hasta convertirlas en pluripotentes (no totipotentes, que producirían embriones), que pueden dar lugar a todos los tipos de células. Esto confirma que el camino son las adultas.

¿Qué uso se podrá hacer de estas células rejuvenecidas?

No se buscaban para curar, sino para investigar con ellas. Hay cantidad de equipos trabajando mucho con células madre adultas y con grandes éxitos, aunque se va paso a paso, porque es una investigación nueva y una terapia difícil. Lo que se está intentando ahora (y hay experimentos muy positivos) es hacer que salgan de los nichos donde están y vayan donde corresponda para cumplir su función regeneradora. Pero para investigar todo esto hacían falta células humanas. Con este descubrimiento se podrán conseguir en mayor cantidad. En la revista Cell, además del estudio de Yamanaka, se publica otro artículo sobre su uso para terapia, pero no es tan claro. Para curar, cuanto menos se manipulen las células, mejor. Habría que hacer muchas pruebas para comprobar los efectos secundarios de células tan rejuvenecidas, y que al implantarlas en el paciente no se conviertan en tumorales. Pero es que no se buscaban para curar, sino para investigar con ellas.

Hay que cambiar la ley¿Cómo afecta esto al debate sobre la investigación con embriones?

Es una demostración de que la verdad florece, de que los caminos de la ciencia médica son muy claros y nunca son destructores; y de que lo que es racional y médico, es ético. Los principales agentes del lobby pro investigación con embriones se han bajado, y ya han hecho declaraciones. James Thomson, el primero que obtuvo células madre embrionarias, ha sacado un estudio muy similar al del japonés, pero tiene la patente de la purificación de las células madre embrionarias y la tendrá que sacar adelante; Robert Lanza, que dirige la empresa promotora de la clonación terapéutica e hizo la relación de Premios Nobel contra Bush por no financiar la investigación con embriones, ha dicho que es un hito. Pero el que ha hablado con hechos, diciendo que dejaba la clonación terapéutica para centrarse en ésta, es Ian Wilmut, quien clonó a Dolly. Lo que haría falta es que el ministro de Sanidad dijera que va a modificar la ley; es ridículo que siga.

Aparte de las inversiones y subvenciones, ¿qué otros intereses hay en la manipulación de embriones?

Las clínicas de fecundación in vitro querían quitarse los embriones congelados para lavarse la cara. El diagnóstico genético preimplantacional también surge de un negocio. Están apareciendo enfermedades que aparecen con una frecuencia llamativamente más alta en los niños producidos in vitro, por no estar dentro de la madre los primeros días. Los pediatras están dando la alarma, pero se quiere ocultar. De los niños nacidos tras el diagnóstico genético preimplantacional no hay estadísticas, porque los niños nacidos son pocos y pequeños todavía. Pero hay que arrancar al embrión una cuarta parte de sus células, lo que puede causar defectos. Puede suceder que un bebé creado para no tener predisposición al cáncer de colon, luego tenga un problema neurológico como resultado.

Acaba de ser elegida Presidenta de la Asociación Española de Bioética. ¿Cómo se plantea su mandato?

Fundamentalmente quiero que nos pongamos por delante, no esperar a que las cosas estén, y entonces protestar, sino ser una asociación de profesionales cuyo trabajo tiene que ver con la bioética; ir por delante, y reorientar, de entrada, problemas que puedan surgir, plantear alternativas estudiadas, y que sea más prospectivo que reactivo.

María Martínez López /Alfa yOmega