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Conversos: Claudia Koll

claudiakoll.jpgLa alegría de verdad: saber que Jesús existe

La actriz Claudia Koll se hizo popular en Italia, hace algunos años, por su participación en películas de alto contenido erótico. Después de mucho tiempo alejada de Dios y de la Iglesia, ha contado a ‘Il Timone’ y a la página oficial de Medjugorje los pormenores de su conversión:

No sabía amar:

Lo más extraordinario para mí ha sido descubrir que el Señor venía en mi ayuda, no obstante mi condición de gran pecadora. Después de cometer muchos pecados, después de haber herido el corazón de Dios, he sentido que Él, en el momento en el que más lo necesitaba, venía a socorrerme. Nada me bastaba, no estaba contenta de verdad con nada, siempre estaba buscando algo más. Nadie me había enseñado la fidelidad y ni siquiera era capaz de expresar gestos de amor, no sabía amar.

Quería emociones fuertes:

El mundo del espectáculo me ha utilizado; el mundo en general utiliza nuestra debilidad y nos golpea allí donde somos más débiles, cuando tenemos un gran deseo de amor. Debido a esta sed de amor, yo me vi envuelta en historias equivocadas. Quería probar emociones fuertes. Nadie realmente me había enseñado a vivir.

Una abuela creyente:

Cuando era niña, viví con una de mis abuelas, que era ciega, pero veía con los ojos de la fe. Era muy devota de la Virgen de Pompeya y del Sagrado Corazón de Jesús; gracias a ella, viví en una particular presencia de fe. Después, el Señor permitió que me perdiera. Hoy comprendo que Dios permite este extravío, el mal, porque de ello puede nacer un gran bien.

Nadie podía ayudarme:

Yo encontré al Señor en un momento dramático de mi vida, en el que ningún ser humano habría podido ayudarme. Sólo el Señor, que escruta los abismos del corazón, podía hacerlo. He gritado, y Él me ha respondido entrando en mi corazón con una gran caricia de amor. Ha sanado algunas heridas y ha perdonado mis pecados. Me siento como el hijo menor de la parábola del Hijo pródigo. He descubierto un Dios que es amor y misericordia.

Conversión:

La conversión es algo profundo y continuo. Es abrir el corazón y cambiar, vivir concretamente el Evangelio. Es una obra de regeneración basada en pequeñas muertes y renacimientos cotidianos. Hoy, en mi vida, busco dar gracias a Dios con pequeños gestos de amor, ocupándome de los niños, de los pobres, superando mis egoísmos… Es verdad que hay más alegría en dar que en recibir.

Una verdadera mamma:

La Virgen ha sido muy importante en mi conversión. Ha sido de verdad una mamma , y yo me he sentido su hija. En cada acontecimiento importante la he sentido cercana; y, cuando he necesitado paz, el Rosario ha sido la oración que me la ha traído.

Conocernos:

El ser humano tiene necesidad del Trascendente, de la presencia de Jesús resucitado, que es nuestra esperanza. Tenemos un Dios que tiene también un rostro, un Dios que ha sacrificado la vida por nosotros y que nos enseña a conocernos y a vivir plenamente. Tener experiencia de Dios significa también entrar en lo profundo de nuestro corazón, conocernos, y crecer en humanidad.

A los jóvenes:

Nuestra sociedad no se sostiene en un camino espiritual, es una sociedad muy materialista. El alma busca lo alto, pero en realidad el mundo nos habla de muchas otras cosas y no va en busca de Dios. También la Iglesia tiene sus dificultades, pero no debemos olvidar que ella es el Cuerpo de Cristo y está sostenida por Él.

Alegría:

La alegría es saber que Jesús existe. La alegría nace de sentirse amado por Dios y por los hombres, e intercambiar este amor.

Alfa & Omega, 18/10/07