El cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, advirtió ayer de que la asignatura de Educación para la Ciudadanía va «en contra» de la Constitución y que la ley «no obliga sólo a los ciudadanos sino también a los órganos del Estado».

El purpurado explicó que la nueva asignatura va «en contra» de la Carta Magna porque «el Estado se arroga la facultad de determinar obligatoriamente la formación moral de los alumnos sin contar con el derecho de los padres a determinar qué educación quieren para sus hijos».

Frente a esta situación, recordó que la ley «no obliga sólo a los ciudadanos sino también a los órganos del Estado». «Tiene que ser respetada», insistió el prelado, quien calificó «de problema serio» la nueva asignatura, ya que «sólo una quinta parte de sus contenidos se ocupan de educación para la ciudadanía». Su objetivo «no es formar ciudadanos, sino educar para ser hombres y la educación para ser hombre no es competencia del Estado», alertó Rouco Varela.

El cardenal explicó que la Constitución también contempla mecanismos para «mejorar los elementos que constituyen el ordenamiento jurídico, como la libertad de expresión, las iniciativas sociales y el derecho a la objeción de conciencia. Respetar esas formas de relacionarse con los órganos de la autoridad -advirtió- pertenece a la esencia misma del Estado democrático de derecho».

Para Rouco, «la solución más fácil» pasa por que el Gobierno revise los Reales Decretos que fijan los contenidos de esta asignatura, para lo cual «no es necesario modificar» la Ley Orgánica de Educación (LOE). En la misma línea, señaló que la polémica sobre la asignatura ha adquirido «proporciones innecesarias» debido a la falta de «realismo y sensibilidad» del Gobierno frente a la «pluralidad de la realidad española» y a esa «base ética y moral que debe tener el Estado democrático de derecho».

Y es que, según el cardenal, con esta tratado Europa «se juega el futuro y la paz del Estado democrático de derecho». Rouco Varela explicó que el método de trabajo para alcanzar acuerdos sobre esta cuestión es «el diálogo entre los protagonistas del pensamiento laico y cristiano» para que busquen «esos fundamentos comúnmente aceptados por todos y que recogen casi todas las constituciones europeas».

28.07.07 – el correo digital