Benedicto XVI propone a San Agustín como modelo para el cristiano de hoy
Benedicto XVI se reconoce deudor suyo y le atribuye la inspiración de su encíclica “Deus caritas est“
Aun cuando ha pasado tristemente desapercibido, durante el pasado fin de semana (días 21 y 22 de abril), el Papa Benedicto ha realizado un más que interesante viaje apostólico a las bellas e históricas ciudades de Vivegano y Pavía, en el norte de Italia, en la región de la Lombardía. La medieval Vivegano era precisamente la única ciudad y diócesis lombarda que no había visitado el Papa Juan Pablo II, de modo que Benedicto XVI se ha convertido en el primer Sucesor de San Pedro en viajar a esta hermosa localidad.
El hilo conductor de este nuevo periplo papal ha sido la peregrinación a la tumba y a la memoria de San Agustín de Hipona, el gran maestro de Benedicto XVI y uno de los Padres más grandes de toda la historia de la Iglesia. Ha sido una visita pastoral dirigida, una vez más, al centro, a las esencias de la fe y de la acción evangelizadora de la Iglesia, con etapas dedicadas a los jóvenes, a los enfermos y personal sanitario, a la Universidad y al mundo de la cultura y al entero Pueblo de Dios. En apenas veintiséis horas, el Santo Padre ha pronunciado ocho alocuciones. Y, una vez más, ha confirmado lo que ya señalábamos la pasada semanal: es el Papa de la palabra, es una Papa a quien hay que leer con gozo, con interpelación y con inmenso aprovechamiento.
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